Estadio: Apóstol Santiago. Vigo.
En los años que llevamos acudiendo a partidos en diferentes zonas de nuestra provincia nos han sucedido todo tipo de anécdotas, pero, llegar y volvernos sin jugar, es la primera vez que nos ocurre.
El pasado 10-01-2015 nos dimos el correspondiente madrugón para desplazarnos hasta Vigo, donde nuestros chicos se enfrentaban al Apostol Santiago.
Una vez en el pabellón, la entrenadora del equipo local nos comunicó que el encuentro no se podía disputar por encontrarse la cancha en malas condiciones (la pista no está completamente cubierta, como podéis ver en la foto adjunta) y nos dice, además, que nuestro club fue informado con tiempo para evitarnos el viaje.
Entendemos que es complicado organizar un partido donde han de ponerse de acuerdo los jugadores, árbitros, responsables del pabellón, etc. y no queremos buscar culpables, pero si reclamamos desde aquí una mejor comunicación entre los encargados de gestionar cada encuentro, pues los fines de semana siempre se quedan cortos y no es agradable madrugar, recorrer un montón de kilómetros con una climatología poco favorable y tener que volver sin jugar.
Esperemos que los responsables tomen nota para que esto no vuelva a suceder.
Pero, vamos a lo que interesa de verdad. Y es que, por fin, el día 1 de febrero se jugó el encuentro.
Nos fue imposible acudir al mismo, por lo que el comentario que viene a continuación es de uno de los jugadores del Pontevedra, que nos narra cómo se vivió el partido desde dentro de la cancha.
El partido de hoy, jugado en el colegio Apostol Santiago, fue un claro ejemplo de la mejoría de los chicos respecto a partidos anteriores. Desde el principio y hasta que llegamos al descanso todos y cada uno de los miembros del equipo lo dieron todo en pista. Moviendo el balón, metiendo balones en el poste, los exteriores generando tiros claros y los cinco bien en defensa, lo que nos permitió terminar el primer cuarto con cuatro abajo y el segundo con siete abajo, pero, aunque nos hubiera gustado haber mantenido esa fuerza durante todo el partido, no pudo ser.
El tercer tiempo los del Apóstol lo iniciaron con varios triples consecutivos que les ayudaron a separarse en el marcador. Esto, unido a que nosotros comenzamos a llegar menos a canasta y a fallar tiros, aumentó nuestra desventaja.
Volviendo a un tema que suele ser bastante habitual cada temporada, al haber solo un árbitro se tomaron muchas decisiones que nos perjudicaron (pasos descarados no pitados, faltas en ataque exageradas sin pitar que se convertían en faltas en defensa o simples manotazos y codazos en rebotes o transiciones) y que sin todas ellas, la diferencia de puntos hubiera disminuido a nuestro favor notablemente.
Aun así, de este partido hay que sacar muchas cosas buenas que nos hicieron salir con un buen sabor de boca aun acabando con un 76-50, que, como ya decimos, no refleja el esfuerzo y las sensaciones en pista.