Uno de los asistentes al II Campus de Baloncesto del Pontevedra se ha tomado la molestia de redactar una completa crónica de la vida diaria en las instalaciones Príncipe Felipe, así que os dejamos con ella.
Soy Javi, uno de los afortunados participantes en este campus y quiero hablaros de lo bien que lo hemos pasado durante esta semana y todo lo que hemos aprendido.
Os voy a contar un poco como era un dia en el campus.
Nos levantábamos a las 8:30 con la canción de ‘Vivir mi Vida’ de Ricky Martin a todo volumen sonando en el pasillo.
Teniamos 30 minutos para espabilar y preparar la mochila para las actividades de la mañana, entreno y piscina.
Aún no sé cómo, pero teniendo todo preparado del dia anterior, nuestro grupo siempre era de los últimos en salir de la residencia.
Desayunábamos de 9 a 9:30 comentando las cosas del dia anterior o de lo que se haría ese día o pensando en que nadie te asesinara en el juego que teníamos entre todos los miembros del campamento, en el cual todo el mundo tenía que ser asesinado por alguien y a la vez debía tener una victima a la que matar.
Para matar, tenía que darle en la mano un objeto concreto (cuchara, sudadera, móvil, mochila…) a la persona a la que querías eliminar, de tal manera que te lo cogiera voluntariamente.
Si conseguías el asesinato, la persona te decía víctima y objeto, así hasta que solo quedaran dos. Esto creó muchas risas durante todo el campamento, intentando eliminar cada uno a su objetivo sin que nadie se diera cuenta y con mucha atención de no ser eliminado para poder continuar.
Al acabar el desayuno volviamos a las habitaciones a por la mochila de esa mañana y marchábamos al pabellón para comenzar los entrenamientos. Llegábamos a los vestuarios, nos cambiábamos y salíamos a pista a calentar mientras llegaba todo el mundo.
La pista era una maravilla, y verte en una cancha de verdad con gradas de verdad y con entrenadores de verdad, era como un sueño para mí.
Al acabar el desayuno volviamos a las habitaciones a por la mochila de esa mañana y marchábamos al pabellón para comenzar los entrenamientos. Llegábamos a los vestuarios, nos cambiábamos y salíamos a pista a calentar mientras llegaba todo el mundo.
La pista era una maravilla, y verte en una cancha de verdad con gradas de verdad y con entrenadores de verdad, era como un sueño para mí.
Pese a que al principio hubo algunos problemillas con resbalones en la pista, esto se fue solventando pues estabamos más pendientes de las explicaciones de los ejercicios que de otra cosa.
Dos horas y algo era el tiempo que teníamos a diario de entrenamientos por las mañanas, en los que practicábamos y aprendíamos con las correcciones de los entrenadores, y en las que disfrutábamos de la presencia del invitado de ese dia en el campus.
Tuvimos la visita de Pepe Pozas (base del Obradoiro), Carlos Cabezas (base del UCAM Murcia), Gonzalo (segundo entrenador del Obradoiro), Maria Lago, Fani y Centeno (jugadoras del primer equipo del arxil) .
Es decir, todo un lujazo para nosotros eso de compartir pista con estas estrellas de la ACB, una pasada.
Después del entreno teníamos una horita y pico de piscina en la que, o te metías tú voluntariamente, o acababas dentro de la piscina quisieras o no.
Luego tomábamos un poco el sol y a comer, que buena falta nos hacia, para volver más tarde a las habitaciones a preparar las cosas para la tarde y quien quisiera podia quedarse a descansar o salir a hablar en la sombra de algún árbol.
Nosotros aprovechabamos estos ratitos para poner a secar gran cantidad de ropa en el tejado que teníamos en la ventana de nuestra habitación, llegando a tener secando media maleta.
Tambien intentábamos recoger la habitación de tal forma que llegara a parecerse a lo que de verdad es, aunque en realidad solo lo conseguimos dos dias: el que llegamos, antes de colocar nada; y el último, cuando ya estaba todo en las maletas, el resto…una leonera.
Tras intentos de dormir, recoger habitaciones y preparar las cosas, salíamos de la residencia para ir hacia el pabellón, solo que a la tarde teníamos una hora de entrenamiento y otra hora y poco de competiciones.
Durante el campus hubo varias competiciones: twoball (conseguir el mayor numero de puntos en pareja tirando desde distintas posiciones), habilidades (circuito en el que había bote, pase y tiro por parejas y que había que completar en el menor tiempo posible), triples (5 posiciones distintas, 3 balones por posición y el últiimo de ellos vale doble), 1x1 (partidillo de un minuto de juego) y 3x3 (partido de 3 contra 3 con un cambio a 3 min y medio).
De estos torneos se disputaba la primera eliminatoria la tarde que se jugara, la segunda el sábado (penúltimo día) y la final el domingo (último día) con los padres como público.
Luego tocaba el ratito de piscina, que nunca estaba de más con el calorazo que hacía todos los días, y más después de entrenar. Tras los chapuzones la cena y luego a la residencia a hacerle la ronda de preguntas típica al invitado de ese día. Aunque a veces nos costaba un poco comenzar, enseguida nos animábamos.
Cuando ya no había mas que preguntar el mini presi Daniel hacia la ultima pregunta que cerraba la sesión ¿Usas lentillas?
Después nos daban un ratito de descanso hasta las 10 con los móviles, para hablar con casa y poder contar nuestras vivencias del día. Luego los entregabamos y daba comienzo la velada de esa noche: pasapalabra, la bandera, minijuegos por grupos, etc. Al acabar, todo el mundo a la cama a dormir hasta el día siguiente.
Este fue el horario normal de un día del campus exceptuando el día del parque acuático: viaje en bus, todos con el pañuelito amarillo, y al llegar, todo el mundo a los toboganes a dar gritos un tanto raros al bajar por ellos.
Me voy con muchos y muy buenos momentos de este campus: la gente, los invitados, los entrenadores y todo lo que me han enseñado. Para mí ha sido una gran semana. No me hubiera importado quedarme un poco más y espero que se repita durante mucho tiempo, porque de verdad que es una experiencia muy recomendable para todo aquél al que le guste el baloncesto y pasar una gran semana aprendiendo, jugando y haciendo grandes amistades. Muchas gracias a todos mis compañeros del campus por haber hecho de esta una gran semana, a los entrenadores por enseñarme y ayudarme tantísimo para próximos años, a los invitados por venir y traer regalos para los ganadores de las competiciones y a los que hicieron posible este inolvidable campus.